“UN GOLPE CAMBIÓ TODO MI PERFIL E INTERÉS POR LA MEDICINA”

WHO IS WHO: DR. JULIO VALDIVIA SILVA, DIRECTOR DE LA CARRERA DE BIOINGENIERÍA DE LA UNIVERSIDAD DE INGENIERÍA Y TECNOLOGÍA (UTEC)

El Dr. Valdivia, es uno de los pocos investigadores peruanos que fue repatriado hace siete años para colaborar con proyectos científicos nacionales. Antes hizo un doctorado en México, trabajó en un programa de la NASA y fue docente en la facultad de medicina de la Universidad de Stanford en EE.UU. En esta entrevista nos abre su corazón para contarnos pasajes tristes y alegres que marcaron su vida personal y profesional.

¿Dónde nace su interés por la carrera médica?

En el año 1995 me interesó mucho la medicina, en aquella época había muchísimas preguntas sobre la epidemia del VIH. Recuerdo que aquel entonces había un desconocimiento del virus y yo estaba interesado mucho en entender sobre eso.

¿Era en su época escolar?

Sí, porque ingresé a la universidad en 1996, pero ya en la secundaria me debatía entre estudiar física y medicina. Mi mentalidad escolar de entonces tenía la creencia de que a los médicos no les pasaba nada, no enfermaban. Ese fue el primer impulso para estudiar medicina: el ser inmortal a las enfermedades, entre comillas, justo en la época del VIH, en el que nadie entendía su mecanismo de acción. Fue así que me preparé e ingresé a la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, pero a la carrera de ingeniería mecánica. Lo hice solo para prepararme en números porque era muy complicado ingresar a la Universidad San Agustín de Arequipa.

¿Fue una prueba para ver cómo estaba su nivel para alcanzar una vacante en Arequipa?

Sí, porque la primera vez que postulé a medicina en la San Agustín no ingresé y fue un golpe enorme a mi ego.  Pero en la segunda vez que postulé sí ingresé, Incluso segundo puesto en la general para la facultad de medicina en  1996.

¿No tuvo ningún familiar médico?

No, solo conocía a un médico que siempre me atendía: el Dr. Lezcano, un médico pediatra. Me parecía una persona ejemplar en todo aspecto, allí fue mi primer acercamiento a una imagen importante para a seguir, porque mi padre es abogado y mi madre profesora. Fue más mi curiosidad por el área biológica y medica que me incliné por la medicina.

Usted se formó en investigación en inmunología y si fue en plena aparición del VIH, cuando ingresó a medicina ¿ya sabía que especialidad seguir?

Siempre quise entender cómo actuaba el virus, pero ya en la universidad llevé el curso de inmunología en el segundo año y me fascinó. Incluso aún conservo todos mis libros originales, que compré ahorrando dinero, porque normalmente compraba copias. En el tercer año formé un grupo entre todos los que les gustaba la inmunología. Al día de hoy este grupo de investigación en inmunología aún existe y a varios de ellos los he ayudado a salir al extranjero. Fue por eso que la Universidad San Agustín me dio el Doctorado honoris causa​ en el 2018.

¿Qué hecho o acontecimiento o logro, ha marcado más su trayectoria profesional?

En realidad el golpe más fuerte para mí en medio de mi carrera profesional, que incluso me hizo cambiar de especialidad al área oncológica, fue la muerte de mi mamá a causa del cáncer. Eso es lo que más me ha marcado porque cambió todo mi perfil y mi interés en general por la medicina. Definitivamente hay un antes y un después con ese acontecimiento.

¿El antes era seguir en la especialidad e investigación en inmunología?

Sí, y más llevado a las alergias y neumología

¿El después?

El estudio e investigación en cáncer que finalmente me ha llevado a vivir fuera del país.

«Al regresar al Perú fue un choque bastante fuerte porque me di cuenta que todos mis amigos tenían vidas realizadas. Antes llegaba al Perú y salía con los amigos, pero luego ya todos tenían su familia. Yo me dedicaba a investigar y todas las relaciones del punto de vista personal eran muy cortas. Cuando regresé al Perú en el 2014 conocí a una persona especial y muy rápidamente nació mi hija en el 2015. Fue algo rápido pero genial.»

¿Cuántos años investigando en cáncer?

En este momento estoy haciendo más gestión pero desde que falleció mi madre en el 2003, llevo casi 18 años metido en estudios sobre el cáncer.

¿Cuáles han sido esos logros en su vida profesional que le han generado más satisfacción?

El primer logro importante fue haberme graduado de médico todavía teniendo a mi madre viva, porque al mes que me gradué ella falleció. Le di ese regalo. Otro logro importante fue mi entrada al doctorado en México, porque fue un esfuerzo enorme poder viajar. Gané un premio de Concytec el año de mi viaje al mejor proyecto de investigación en el área de preclamsia, el premio constaba de  tres mil dólares en el área de ciencias médicas y nutrición. Con ese dinero pude sobrevivir en México el primer año, hasta que obtuve una beca en la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

El contacto con la UNAM fue gracias al grupo de inmunología del San Agustín, ya que cuando unos investigadores de la NASA  estuvieron en el desierto de la Joya en Arequipa, pidieron apoyo a UNSA para unas pruebas moleculares, debido a que tienen un convenio vigente para monitorear el volcán Misti. Fue así que la UNSA me recomendó y conocí a esos investigadores que posteriormente me invitaron a viajar a México. El Dr. Rafael Navarro Gonzales, quien falleció por COVID, fue mi jefe en el doctorado que llevé en México. Navarro, fue un gran investigador reconocido por la  NASA, que le puso su nombre a un cerro de Marte.  Incluso el Tercer Congreso Latinoamericano de Astrología va ser en honor al Dr. Navarro, quien fue el nexo para que yo pudiera entrar a NASA, me abrió puertas. Por eso mi doctorado en México fue un hito importante para mí.

¿Qué actividades realizó en la NASA?

Ingresar a la NASA fue el otro hito importante en mi vida. Cuando acabé el doctorado en México, hice un estudio paralelo en la UNAM respecto al cáncer, porque el Dr. Navarro tenía interés en temas relacionados a bacterias que sobrevivían a ambientes extremos en todo el mundo. Sin embargo me metí en otro laboratorio con el Dr. Eduardo García Cepeda, en tema de inmunología del cáncer. Saqué publicaciones de esas investigaciones y la universidad me dio un segundo certificado, como un segundo doctorado por ser un caso excepcional que publique cosas adicionales. Fue allí que postulé a la NASA, al programa postdoctoral con mi proyecto que fue el ganador y logré entrar a la NASA. Eso me abrió muchas puertas para conocer investigadores bastante importantes como a Christopher P. McKay, con el que trabajé bastante en astrobiología, supervivencia en ambientes extremos. También trabajé con la doctora Ruth K. Globus, en el tema de células madre en el espacio, investigando qué pasa con el cáncer en el espacio. Allí tuve mi primer contacto con los temas de micro gravedad. También trabajé en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, luego regresé a México un año más por el tema de Instituto Nacional de Cancerología. Después regresé al Perú gracias al programa de repatriación de investigadores de Innóvate Perú. Quien me trajo fue el doctor David Lavan, de la UNI porque tenían un satélite que estaban trabajando con los rusos y querían hacer un experimento biológico dentro del satélite. Yo conocía del tema de la adaptación de sistemas vivos en el espacio por eso me buscaron. Allí formamos el laboratorio de micro gravedad. Lastimosamente no prosperó mucho. Otro hito importante en mi vida fue que al año de mi regreso al Perú, nació mi hija por lo que decidí quedarme más tiempo en Perú, porque de los 27 investigadores que llegaron solo quedamos 11 los demás se fueron nuevamente. Luego UTEC me atrapó y actualmente soy el director del departamento de bioingeniería.

Normalmente los médicos e investigadores que le dedican mucho tiempo a la investigación suelen retrasar sus planes de vida como la familia y los hijos, ¿Ese fue su caso?

Definitivamente. Al regresar al Perú fue un choque bastante fuerte porque me di cuenta que todos mis amigos tenían vidas realizadas. Antes llegaba al Perú y salía  con los amigos, pero luego ya todos tenían su familia. Yo me dedicaba a investigar y todas las relaciones del punto de vista personal eran muy cortas. Cuando regresé al Perú en el 2014 conocí a una persona especial y muy rápidamente nació mi hija en el 2015. Fue algo rápido pero genial.

¿Qué otra carrera hubiese estudiado de no haber seguido medicina?

Ahora podría decir que me interesa la bioingeniería. Tuve contacto con los ingenieros en NASA para evaluar a los astronautas y los dispositivos médicos y me di cuenta que la ingeniería puede ayudar muchísimo al área médica y biológica, que también está ayudando a la NASA para poder poblar Marte o tener algún tipo de nuevos materiales a través de sistemas biológicos. Me di cuenta que la bioingeniería es una herramienta que podía haber ayudado más también. En UTEC lo que se hace es un poco la parte de dispositivos. Por ejemplo, para atrapar células tumorales, cancerosas. Sin duda la bioingeniería sería mi opción.

¿Qué experiencia de vida le han dejado la enseñanza más valiosa para usted?

Me considero un médico que le gusta bastante el tema de la vida humana, la filosofía y la ética. Me gusta debatir en esas áreas de la vida humana. Me considero un médico provida, es una de las líneas que me marca bastante. También como director he aprendido a hacer gestión aplicando la metodología científica a la gestión, como es la tomar de decisiones por evidencia y eso es muy importante en mi línea. 

¿Le dedica tiempo a algún hobby?

Me gusta leer bastante algunos temas un poco complicados para algunos, soy frontal en esa línea. También me gusta mucho jugar básquetbol, salía un par de veces a la semana a jugar pero ahora ya es más difícil por pandemia. También soy fan de los videojuegos, a veces nos juntamos con algunos amigos para jugar, incluso amigos médicos que están en el extranjero.

¿Un libro, actor o película favorita?

Película depende del género, pero una que me gusta muchísimo es lágrimas de sol. Me gustan las películas de acción y tipo la película 300, me llaman la atención. En cuanto a libros ahora estoy leyendo El científico rebelde Freeman Dyson, me gusta demasiado ese tipo de lecturas sobre temas controversiales.

Con todo lo que ha conseguido hay algunas metas todavía por cumplir, ¿cuáles son esas a la que puede aspirar a modo personal o profesional?

Inicié la carrera de bioingeniería en UTEC como primer el director y este año van a salir los primeros graduados. Mi primera meta a corto plazo es que salgan todo bien. Verlos egresar va ser bastante impresionante para mí. Por otro lado, me gustaría aprender y capacitarme más en políticas públicas porque me gustaría participar en eso. Recuerdo que con Concytec tuve bastantes ideas para desarrollar, algunas eran ideas medias locas pero realizables. Recuerdo que uno de los científicos que llegó conmigo en el programa de repatriación fue Edward Málaga, que ahora es congresista.

¿Quiere incursionar en política?

No en política, pero sí en una posición importante para impulsar la ciencia. Creo que conociendo un poco más políticas públicas pueda colaborar mejor, porque a veces uno puede tener ideas innovadoras pero no realizables porque no conoce toda la logística o el proceso de gestión que hay detrás, que creo que es importante. Si en algún momento lo hago sería por el apoyo a la ciencia, no sería más allá de eso, pero es una visión  que tengo a mediano plazo.

Si podría mencionarme una frase o filosofía de vida ¿cuál sería?

Algo que dije cuando me dieron el doctorado honoris causa: uno puede tener 30 o 40 grados o títulos pero tus hijos no van a recordarte por eso, sino por si eres un buen padre, una buena persona. La ciencia te hace un buen hombre pero solo eres hombre por el corazón. Esa filosofía de tratar de mejorar uno mismo como persona es mucho más importante que los grados académicos.

¿Anhela que su hija siga los pasos en la medicina o la ciencia?

Sería bonito pero ella va elegir algo que le guste y yo la voy a apoyar, pero siempre mediante una elección responsable, que se lo voy a inculcar.

Como docente que ha formado grupos de trabajo que perduran y como director de bioingeniería en UTEC, ¿qué mensaje les puede dar a estos jóvenes que creen que su vocación es la bioingeniería?

El mensaje más importe es que averigüen bien lo que quieren ser y busquen bien en su corazón porque uno se puede equivocar pero tiene que saber asumir esa equivocación, cambiarla y seguir adelante. La Bioingeniería viene del futuro y es multidisciplinaria, por lo que el mensaje para estos chicos es que van a volver a aprender cosas muy diversas y estructuradas que le van a dar a elegir algunas de las subespecialidades. Que no tengan miedo a quedarse en un solo sitio, sino evaluar varias cosas y especializarse en ellas, con la visión que da la ingeniería, que son los procesos estandarizados y solución de problemas complejos. Eso hace un ingeniero: solucionar problemas complejos.

DATOS: El Dr. Julio Valdivia es Médico-Cirujano graduado en la Universidad Nacional San Agustín, Arequipa, Perú. Fundador del Grupo de Investigación en Inmunología, la Academia Peruana de Medicina Molecular y la Sociedad Científica de Astrobiología del Perú, la cual preside. Inicialmente trabajó en biología vascular de la Preeclampsia, Loxocelismo, y Angiogénesis pulmonar. Tiene Doctorados en el Instituto de Ciencias Nucleares UNAM en el marco del Programa de Astrobiología de la NASA – Ames Research Center para estudios microbiológicos en análogos a Marte, y en el Instituto de Investigaciones Biomédicas -UNAM, Mexico, donde realiza estudios en Biología molecular e Inmunología del cáncer . Estancias Posdoctorales en el Cancer Stem Cell Research Lab – Universidad de Stanford CA-USA, Life Science and Astrobiology Division en NASA Ames Research Center Moffett Field CA USA, Singularity University CA, USA, y en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM y Coordinador de la carrera de Bioingeniería de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).