LA INFLUENCIA DEL ENTORNO EN LA SALUD EN LA PRIMERA INFANCIA

Un entorno adverso retrasa un 90 % el desarrollo cognitivo, emocional y de lenguaje de un niño, condenándolo a distintos problemas de salud en la edad adulta.

En el Perú, los problemas de salud más frecuentes en niños menores de cinco años, que es la etapa al cual se le denomina primera infancia, no se limitan solo a la anemia. Existen otros aspectos del entorno del menor, igual de importantes que la nutrición, que también limitan su normal desarrollo y crecimiento, condenándolo a sufrir distintos problemas de salud en la edad adulta, según señalaron expertos, en el desarrollo del Programa de Formación para Periodistas en Primera Infancia, organizado por CENTRUM PUCP y Copera Infancia.

La anemia, que es la disminución de la cantidad normal de glóbulos rojos en la sangre, producto de la falta de hierro, es un gravísimo problema que nuestro país no ha podido superar en más de una década, pese a los esfuerzos del Estado. Hace 13 años, el 50.4 % de los menores de cinco años tenían anemia. Hoy es el 40.9%. “No hubo mucho progreso en trece años y hoy cuatro de cada diez niños tienen anemia en el Perú, lo peor es que esa cifra creció en la pandemia 2.1 %” señaló Mabel Herrera Castañeda, especialista en psicología y economía de la salud.

La especialista no solo identificó a la anemia, entre los problemas que pueden dispararse sino se hace foco en ellos luego de la pandemia. La desnutrición crónica infantil, la vacunación contra el neumococo y el rotavirus, son otros aspectos que se debe reforzar en la primera infancia. Sin embargo, no todos los abordajes tienen que ver con la nutrición o vacunas, sino también con mejorar el entorno en el que crece el menor.

“Crecer en un entorno tóxico genera retraso del 90 % del desarrollo cognitivo, emocional y de lenguaje. No solo eso, también aumenta el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles. Y todos estos problemas se reflejan en la edad adulta” señaló Herrera.

Del mismo modo, la Dra. Ariela Luna Florez, médico y antropóloga peruana, exministra de Desarrollo e Inclusión Social, añadió que “hoy se sabe que solo heredamos hasta un 30 % de los padres, todo lo demás lo consolida el entorno”. Por eso, Luna precisó que es muy importante el crecimiento del menor en un entorno sano, en los primeros 24 meses de vida, “porque es en esa etapa en la que se generan 700 conexiones neuronales cada segundo, que es lo que define nuestro futuro en la vida adulta”, argumentó.

«En la primera infancia se provee de maneras más fáciles de incentivar habilidades cognitivas y de personalidad, como la atención, motivación, autocontrol y sociabilidad, necesarias para el éxito en la escuela, la salud, la profesión y la vida en general”

Dra. Ariela Luna, exministra

ENTORNO TÓXICO

Pero, ¿qué entendemos con un entorno tóxico? La Dra. Luna, definió al entorno desfavorable o tóxico como el maltrato infantil, abandono, disfunción familiar, pobreza, cuidador con problemas de salud mental, bajo nivel educativo del cuidador o cuidadores adolescentes.
“Antes del primer año de vida las experiencias afectivas influyen en el desarrollo del cerebro, sobre todo en la amígdala cerebral, que es la que modula las emociones. Por eso el apego, amor y nutrición es parte de un entorno infantil sano. No solo es dar de comer, dar cariño y amor es tan importante como la comida. La nutrición física y afectiva deben ir de la mano” indicó la exministra.

Luna, indicó que el 30 % de las familias en el Perú son lideradas por mujeres, con ausencia de la figura paterna y que, según los estudios nacionales, los niños nacen a tiempo y con un peso normal, pero las desigualdades se generan en los primeros seis meses de vida entre el quintil pobre y no pobre, debido al entorno.

Por su parte, Mabel Herrera indicó que el programa Aurora del Ministerio de la Mujer, solo en el mes de enero del 2021, detectó que 4.149 niñas y adolescentes fueron atendidos por violencia. Es decir, 133 casos al día. De Esa cifra, casi la mitad eran adolecientes, un tercio eran menores de 11 años y el 16.9% menores de cinco. Lo cual refleja que la primera infancia, en su entorno, sigue estando en alerta roja.

SALUD MENTAL DEL CUIDADOR

Si relacionamos un entorno saludable con la salud mental de los cuidadores en la época de pandemia a nivel internacional, las cifras siguen siendo preocupantes. Un metaánalisis, basado en más de 8.900 mujeres madres de menores de cinco años, determinó que el 26.9% de ellas, mostraron síntomas depresivos clínicamente significativos, mientras que el 41.9 % mostró síntomas ansiosos clínicamente significativos. Lo cual refleja que el entorno en la que se desarrollará el menor no es el adecuado para su desarrollo.

Otro estudio llamado Covid Family Life Study, esta vez con países de la región como México, Brasil, Colombia y Argentina, realizado en padres (36%) y madres (64%) encontró que los niveles de ansiedad, depresión y estrés estaba asociado a mujeres con un menor nivel de educación, falta de empleo, menor cantidad de ambientes en el hogar, consumo de tabaco y falta de actividad física.

“La pandemia está asociada a problemas de salud mental de los cuidadores que dificulta la parentalidad. La pandemia creó estrés en el cuidador y eso crea problemas conductuales en los niños porque disminuye el soporte parental en tiempos difíciles del niño” concluyó la doctora en psicología, Magaly Noblega Mayorga, investigadora en psicología del desarrollo, especializada en el desarrollo socioemocional del niño.

«La pandemia creó estrés en el cuidador y eso crea problemas conductuales en los niños porque disminuye el soporte parental en tiempos difíciles del niño”

Magaly Noblega, doctora en psicología.

¿QUÉ HACER?

La Dra. Ariela Luna, identifica siete acciones que como país nos hemos propuesto para que el niño en la primera infancia se desarrolle adecuadamente. La primera es asegurar un nacimiento saludable del niño, mediante controles de la gestante. También el apego seguro, que es la interacción positiva con los cuidadores. Un adecuado estado nutricional, tener un espacio seguro y organizado. Asimismo, contar con una comunicación verbal afectiva, regulación de emociones, comportamientos y la función simbólica, que se representa por vivencias y juegos con el menor.

“James Heckman llegó a la conclusión de que invertir en la primera infancia es una estrategia eficaz para el crecimiento económico. Él calcula que la tasa de retorno financiero de cada dólar invertido en la primera infancia es de cuatro a nueve dólares, ya que es esta etapa en la que se provee de maneras más fáciles de incentivar habilidades cognitivas y de personalidad, como la atención, motivación, autocontrol y sociabilidad, necesarias para el éxito en la escuela, la salud, la profesión y la vida en general” finalizó Luna.