DRA. JACQUELINE BARRIENTOS: “Todo ha sido un plan de Dios”

A los siete años, cuando falleció su madre por un Linfoma intratable, hasta para el mejor centro de cáncer de EE.UU., Jacqueline Barrientos decidió dejar Perú para ser médico y dedicarse a la investigación en oncología. Hoy, varios años después, al lado de reconocidos investigadores, ha descubierto tres moléculas de las cuales dos ya están siendo utilizadas para salvar la vida de los pacientes con leucemia.

¿Cómo llega a EE.UU. a estudiar medicina?
Nací en Chincha, estudié en el Humboldt, y vivía con mi abuelita, mis papas vivían en Chincha. Desde pequeña tenía decidido que quería estudiar medicina en EE.UU. y cuando acabé el colegio me mudé a Puerto Rico con mi hermano que es doctor y su esposa que también es doctora.
¿Por qué ese proceso previo?
Para estudiar en EEUU medicina tienes que tener un bachillerato primero. Entonces estudié un bachillerato en biología, luego ya hice medicina que son cuatro años. Durante la carrera de medicina yo quería hacer investigación y me gané una beca por el Instituto Médico Howard Hughes para participar un año en el Instituto Nacional de la Salud en EE.UU. y me gustó mucho el campo de la oncología, básicamente dije esto es lo quiero hacer, quiero ser doctora pero hacer investigación.
¿Le fue fácil abrirse paso en la investigación?
Cuando me tocó el tiempo de hacer la residencia solicité varios centros prestigiosos y el que más me gustó fue la Universidad de Yale porque tenían mucha investigación clínica y además había muchas mujeres, eso era un modelo que no había visto en Puerto Rico. Porque en el campo de la medicina aun hay más hombres que mujeres. Hice la especialidad de medicina interna en la residencia en investigación en la Universidad de Yale con un doctor especialista en linfoma. Cuando me tocó la subespecialidad de hematología oncología escogí irme a la Universidad de Cornell que queda en Manhattan, para estudiar linfoma y leucemia y lo hice con los doctores Leonard y Furman que son eminencias e el campo de Linfoma, leucemia y leucemia linfocítica crónica. Ellos me recomendaron cuando estaba a punto de graduarme al Dr. Canty Ride que es el padre del LLC fue el que desarrolló el estadio de Rai que clasifica a los pacientes en términos de sobrevivencia. Me entrevisté con él, nos llevamos muy bien, me ofreció trabajo y me fui con él después de graduarme.
¿Cómo fue trabajar con una persona tan reconocida en la investigación?
Cuando llegué me dijo: “quiero que hagas investigación”, tengo estas moléculas que me han ofrecido, me habían ofrecido uff innumerables y escogí tres. De las tres que escogí, dos de ellas ya están aprobadas y la otra está a punto de ser aprobada. Una es Ibrutinib, la otra era idelalisib y la otra benetoclast, que es una de las drogas más prometedoras en este campo de la leucemia.
¿Cuánto tiempo le tomó investigar estas moléculas?
Cinco años. Y me dicen también si tengo algún número de lotería… (Risas), porque uno puede investigar durante cincuenta años y puede que nunca vaya a desarrollar esa molécula.
Y usted ha investigado tres y las tres son una realidad…
Sí, he tenido mucha suerte, mucha ayuda y mucho apoyo de mi jefe de mi mentor: Canty Rai.

¿Qué cree que ha sido decisivo para que su proyecto de vida sea una realidad, desde que decidió estudiar medicina hasta los frutos de su investigación?
Creo que todo eso ha sido de un plan del de arriba (Dios)
¿Nunca imagino que todos sus planes pudieran salir tan perfectos?
No aparte que yo he tomado tiempo libre, cuando nació mi hija. Recuerdo que hice in internado en un hospital pequeñito que no me exigía mucho solo para poder compartir con ella un año de vida. Recuerdo que cuando me entrevistaron en Yale me dijeron: “tú tienes una carta de recomendación y vienes con unos estudios que te identifican como una candidata excelente, ¿por qué cogiste este año en un hospital que nadie conoce? le dije: porque nació mi hija. Me respondieron: ¿así y ahora como te sientes? ahora si estoy lista, pero quería pasar el primer año de vida con mi hija.
Es difícil dejar un año en medicina siempre porque volver es complicado…
Recuerdo que cuando le comenté a algunos doctores que yo me iba a coger un año libre me dijeron: “estás loca, nadie te va aceptar”, pero no fue así. Después de hacer la residencia también cogí un año en que fui Clinical Educator en la Universidad de Yale, antes de hacer la especialidad en la que trabajaba prácticamente part time, todo para que ese año me pusiera a viajar con mi hija, realmente para poder disfrutarla, porque lamentablemente en la investigación y la medicina se trabaja y viaja mucho y es importante tomarse su tiempo también para estar con la familia.
¿Hubo un momento con su hija ya nacida que pensó dejar la medicina?
Sí, es difícil hacer medicina cuando se estás con los hijos. Lo pensé y hable con una mentora, eso es lo importante de tener un mentor. Le dije no sé si regresar. Me contestó Jackie, ¿qué es lo que te hace feliz? porque lo que te hace feliz, va ser el modelo que va seguir tu hija. Si tu hija te ve feliz tu vas a hacerla feliz a ella porque es lo que va querer en su vida. Haz lo que te haga feliz porque ese es el mejor mensaje que le vas a dar a tu hija. Y así quise seguir haciendo investigación científica.
¿De dónde nace esa vena de investigadora?
A mi mamá le dio linfoma y tuvo uno muy refractario que no nunca respondió a ninguna terapia aunque la llevaron al mejor centro de cáncer del Mundo en EE.UU. en esa época, nunca respondió.
¿A qué edad las dejó a ustedes?
Como a los siete años, pero no la recuerdo el último año de vida porque ella estaba en EEUU.
¿Fue por eso que usted quiso investigar en oncología?
Sí, por eso me metí en la investigación de oncología, aparte que tenía muchos familiares que habían sufrido de cáncer y dije eso es lo que quiero hacer, investigar. Si vi lo que mi madre sufría con la quimioterapia y la radioterapia que causaba muchas nauseas, mucho dolor y pérdida del cabello. Y ahora con una terapia como ibrutinib es tan increíble que pudieras sentirse como si tu vida es como antes del diagnóstico del cáncer. Solo por tomar una pastilla, lograr eso es indescriptible. Me abrazan y me dicen has cambiado mi vida. Y no soy yo, hemos sido todo un equipo y el hecho que estos pacientes se hicieron voluntarios de estudios clínicos.
¿Quiénes han sido las personas más importantes en todo lo que has conseguidos?
Creo que todo ha sido el apoyo de mis familiares, amigos y mentores. Si pudiera dar el mensaje a alguien que está pensando hacer lo mismo que yo o lo que quiere es seguir, le digo no te vayas por el nombre de la institución vete por quien va ser tu mentor. Cuando yo acepté trabajar con Canty Rai, él trabajaba en un hospital que no es tan reconocido como Yale o Cornell pero básicamente yo me fui por Canty Rai. Él va ser mi mentor y con él hago el día a día y es el que me apoya y me está cubriendo en lo que estoy en Perú para hablar de esta molécula (ibrutinib) y el apoyo es importantísimo porque no importa donde tu estés sino que te sientas apoyado por tu quipo de trabajo.
¿Y para consejos que no están relacionados con lo profesional sino con lo personal o familiar a quien recurre?
En EE.UU. como es un país de inmigrantes todo el mundo se apoya en las amistades y básicamente siempre me han apoyado y aunque vivamos ahora a miles de millas, hablamos y estamos en contacto. La familia que yo escogí que son mis amistades y nos apoyamos en las buenas y las malas.
¿Su esposo también es investigador?
No, es ingeniero. Trabajó en la reconstrucción del edificio que se cayó en Manhattan.
Su hija disfrutará más la presencia de su padre por el tiempo supongo…
Sí… (Risas)
¿Eso es lo más difícil para usted?
Sí, porque no es común en las mujeres que sean las que viajen tanto tiempo, por eso deje un tiempo para estar con ella. Pero los que hacen medicina hacen un sacrificio con la familia porque los pacientes no escogen ponerse malitos.
¿Regresa muy seguido a Perú?
No, recién tuve que regresar en febrero porque mi papá falleció. Él nunca se quiso mudar a EE.UU., también de médico hizo una pasantía en San Francisco en cirugía y le ofrecieron trabajo por allá pero él es Perú corazón. Me fue a visitar a NY y a Puerto Rico pero siempre se quedó por acá (Lima). Antes de eso no he estado viniendo. Hemos pasado la navidad aquí y fuimos a Machu Picchu.
¿Qué siente cuando regresa a Lima después de tanto tiempo?
Es mi terruño, la comida se extraña bastante y la gente. Mi hija aunque se ha criado toda su vida en EE.UU. sabe que es peruana y quiere celebrar su quinceañero, como se sabe en EE.UU. no celebran eso sino los 16 pero ella dice: yo soy latina. Lima ha cambiado mucho, no la reconozco. Yo siempre estoy orgullosa de ser peruana y siempre hablo de Perú en el extranjero.
¿Trabaja con peruano en Manhattan?
No, pero uno de los investigadores con los que compartí pacientes y con el que me he escrito muchas veces en ingles también es peruano. Un día me escuchó hablando en español con otro colega y me preguntó ese acento de donde es. Tú hablas español y me dijo yo soy peruano, yo también. Fue una alegría encontrar a un compatriota en esas circunstancias.
¿Le gustaría que su hija estudie medicina?
No sé, es difícil. Ella le gusta mucho la medicina y quisiera estudiar psiquiatría pero es tan difícil y sacrificado que no sé. Recuerdo que en mi casa cuando había reuniones yo no podía ir porque estaba estudiando.
¿Con el éxito que tiene es raro que sea la primera vez que ofrezca una ponencia en Perú, su país?
Si, estar en Perú es un sueño. Me habían invitado en todo el mundo, en Latinoamérica pero nunca en Perú, es la primera vez. Para mí es como que wow, no lo puedo creer.

Whoi is Who: Dra. Jacqueline Barrientos hematóloga- oncóloga
Medicina Interna – Universidad de Yale
Labora en CLL Research and Treatment Program
Docente en medicina en Hofstra North Shore-LIJ School of Medicine
Hempstead, New York desde el 2010.