Una buena nutrición aminora el impacto del estrés

Un organismo sometido a periodos de estrés crónico, sin importar la causa del mismo, tiene un requerimiento energético más elevado que en situaciones normales

El estrés es la respuesta automática y natural del cuerpo ante situaciones que resultan amenazadoras o desafiantes. Es parte de la vida, del día a día trae consigo desafíos que implican ciertas exigencias para el cuerpo.

Cuando se habla de estrés se refieren a cualquier situación, ya sea externa o interna, que desbalancea el equilibrio dinámico del organismo.

El cuerpo no es capaz de diferenciar entre una discusión con la pareja, un problema económico, una enfermedad, el ejercicio extremo, horas y horas en el tráfico o un día inusualmente frío. Sin embargo cualquiera de estas situaciones provoca una respuesta que involucra a varios órganos y sistemas del cuerpo.

El estrés crónico puede tener efectos devastadores en la salud  de un individuo.

La hipertensión arterial, las enfermedades del corazón, las migrañas, los dolores de cabeza crónicos, el aumento de peso, los problemas del sueño, los desordenes en el sistema digestivo, la obesidad, la depresión; trastornos por ansiedad, las enfermedades autoinmunes e incluso el cáncer, son únicamente algunos de los problemas más comunes asociados al estrés.

El estrés afecta a todos los órganos y sistemas del cuerpo. Uno de los sistemas que sufre los mayores estragos como consecuencia del estrés es el sistema inmunológico, pues entorpece la habilidad del cuerpo para luchar contra agentes patógenos dejándolo vulnerable a sufrir infecciones recurrentes, así como a presentar algunas alergias.

Un estado de nutrición óptimo ayuda a reducir el impacto que tiene el estrés en el cuerpo, permite que el organismo pueda realizar sus procesos de reparación y así ser capaz de corregir o mitigar los daños ocasionados por el estrés; asegura también que el cuerpo esté en óptimas condiciones para lidiar con situaciones de estrés en el futuro.

Un organismo sometido a periodos de estrés crónico, sin importar la causa del mismo, tiene un requerimiento energético más elevado que en situaciones normales y aumentan también sus necesidades de micronutrimentos (vitamina y minerales).

El requerimiento energético y de macro y micronutrimentos es único para cada persona, depende de la edad, sexo, actividad física y los antecedentes familiares heredados de cada individuo.

Las dietas que no logra cubrir estos requerimientos llevan al cuerpo a un estado de estrés crónico, así como a deficiencias de vitaminas y minerales necesarias para que éste pueda llevar de forma óptima todos sus procesos metabólicos y mantener la función e integridad de sus órganos, sistemas y tejidos.

Una dieta correcta es aquella que cumple con las necesidades específicas de cada persona, aportando los nutrimentos, vitaminas y minerales necesarios para que el cuerpo pueda llevar a cabo todas sus funciones y mantener un sistema inmunológico que sea capaz de enfrentar y resistir las demandas de la vida diaria.

Fuente: Terra

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