DR. MAURICIO LEÓN RIVERA: “QUIERO APORTAR A LA LIGA”

La vida profesional del Dr. Mauricio León Rivera, ha estado marcado por el legado de su padre, el reconocido oncólogo Luis León Atoche. Pese a que ya no lo tiene a su lado, el Dr. León, no ha abandonado las ganas de honrar su memoria con proyectos sociales y médicos, a favor de los más vulnerables. Hace algunos días asumió como miembro del directorio de la Liga Contra el Cáncer, institución al cual quiere darle un nuevo giro, acompañado de su proyecto Mauchis, al que denomina su hijo robótico.

¿Qué lo motivo a estudiar medicina?

Comencé esta aventura en el año 1988, cuando salgo del colegio Inmaculada. Mi padre, quien era médico, es mi principal motor. Falleció en el año 2017, e incluso en su ausencia, sigue siendo el motor de mi vida. El doctor Luis León Atoche, fue mi padre y un gran mastólogo, del Hospital Neoplásicas.

¿Cómo fue su niñez con un padre tan reconocido?

Soy el segundo de cuatro hermanos y mi padre no pasaba mucho tiempo con nosotros, paraba muy ocupado. Desde los 6 años hasta los 17 que ingresé a la universidad, iba al Neoplásicas en mis vacaciones para estar con él. Mi hermano mayor también es médico, un reconocido cirujano cardiovascular que trabaja y radica en EE.UU. Yo me incliné por la especialidad de mi padre y mi sueño fue trabajar en el INEN y al final lo hice. Ingresé a varias universidades con 16 años; Villareal, San Marcos y Cayetano Heredia. En los tres, siempre en los primeros puestos, pero finalmente estudié medicina en Cayetano, al igual que mi hermano mayor. Mi padre, que fue profesor principal de Cayetano, llegó a ser mi profesor. Hubo muchos profesores buenos, maestros que yo conocía desde que estaba en el colegio porque eran amigos de mi padre. Mis mejores cursos fueron oncología e infectología.

¿Ya tenía claro la especialidad a seguir?

Claro, postulé al Neoplásicas e hice mis cuatro años. En una escala piramidal que era entonces Neoplásicas, acabé en primer puesto y me dieron un año de residente especial. Ese año trabajé en el departamento de mamas y tumores mixtos, la cual fue mi especialidad. Allí aprendí muchísimo, fue el año más importante de mi vida como médico, casi vivía en el hospital. Luego viajé a EE.UU. a especializarme más, estuve en el MD Anderson Cancer Center de Houston.

Pero acabó joven porque ingresó a los 16 años…

Al final de mis ocho años de medicina en Cayetano, un año en el Hospital de la Marina, cuatro años de especialidad por Cayetano en Neoplásicas, un año de residente especial por el primer puesto y dos años más de una súper especialidad en EE.UU. Son 16 años en esta linda profesión pero como había ingresado a los 16 años, a los 32 ya estaba trabajando con mi padre que era uno de los socios de la Clínica Ricardo Palma, donde actualmente laboro y tengo una jefatura. 

Siguió el legado…

Mi papá fue jefe, muy querido y reconocido en esa Clínica, yo trabaje con él. Al comienzo éramos los dos solos y después fuimos creciendo. Mi padre creó la primera unidad de mastología en el Perú,  no en neoplásica, sino en una institución privada. Yo fui el segundo medico de esas unidad, ahora somos siete médicos. La unidad se llama Luis León Atoche en honor a mi papá. Durante los cinco años de especialidad oncológica me gané todos los premios de investigación y hasta el premio nacional de investigación de la industria farmacéutica. Fue bonito porque ese premio, que no era solo de oncología sino a nivel nacional y de todas las especialidades, me lo entregó mi padre.

¿Su padre fundó muchas instituciones?

Mi padre tenía un centro que se llama Centro Detector de Cáncer, que ahora está a mi mando, soy el director médico en este centro privado donde tenemos a la fecha 15 mil pacientes. Felizmente y no hemos tenido ninguna queja de nuestros pacientes. El centro está frente al Neoplásicas y la mayoría de médicos que laboran allí son del INEN o de la Clínica Ricardo Palma, que es donde laboro y dirijo la Unidad de Mastología, en el que tenemos 12 mil pacientes por año. Operamos a 700 pacientes con cirugía o cirugía general en el año. Yo veo 40 pacientes por día desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.

¿En qué otras cosas ha seguido el legado de su padre?

Mi padre fue mi docente universitario y también quise seguir su senda pero ir a la universidad me quedaba lejos y no tenía mucho tiempo prácticamente. Pero me llamó el decano de la UPC y me invitó a trabajar allí. Es lo que me faltaba para seguir como mi papá y bueno eso prácticamente es mi vida.

¿Qué enseñanza ha sido la más importante que su padre le ha dejado?

Su trabajo duro. Mi padre en realidad era un médico muy conocido que no necesitaba trabajar así, pero hasta sus 83 años lo veía trabajar desde las siete de la mañana, incluso a veces llegaba antes que yo a la clínica. Un día antes que se interne, antes de fallecer, estaba trabajando. Incluso estando en UCI me decía “quiero trabajar”. Ese ejemplo no me lo quita nadie, yo también he trabajado muy duro todos los días.

Entonces, ¿siempre tuvo claro lo que quería hacer en la vida?

No tan claro en realidad, porque mi papá era una persona muy rígida y nos vendía bien la idea a nosotros de lo que él quería hacer. Cuando acabé la carrera de medicina, me dije: es la oportunidad, de decirle a mi papá no en algo, y un día le dije no quiero ser oncólogo.

Imagino la sorpresa…

Sí pero en realidad, me gratifica haber salvado muchas vidas. Mi padre cuando falleció lo velaron en el auditorio del INEN y la gente le decía a mi mamá que mi padre había salvado la vida de sus madres o de ellas mismas. Escuchar eso me llenó de orgullo, que casi me hace llorar, es impagable. Es una carrera muy sacrificada en la que me he pasado estudiando muchísimo tiempo, publicando estudios y siendo parte de distintas sociedades científicas nacionales e internacionales, justamente por esta carrera.

Ahora tomó la posta de la Liga Contra el Cáncer, en un puesto como la del Dr. Velarde, uno de los fundadores también del INEN ¿Es una valla alta?

El Dr. Velarde, es como mi segundo o tercer papá. En una cancha privada de Casuarinas mi padre invitaba como a 50 médicos del Neoplásicas y allí jugábamos todos los sábados. Yo iba desde chiquito. El Dr. Velarde era el más activo, no faltaba nunca, lo conozco desde que nací y luego él fue mi jefe. Cuando me dijeron para ser Director Médico de la Liga Contra el Cáncer me gustó porque también tengo una plataforma de inteligencia artificial que se llama Mauchis, que me ha costado muchísimo tenerla y mantenerla. Lo hice por honor a mi padre, que también le gustaba ayudar a las personas. Quiero hacer algo con Mauchis y la Liga Contra el Cáncer. Mauchis es una plataforma de inteligencia artificial, la primera en el Perú y Latinoamérica y según IBM, la primera en el mundo de acceso gratuito y universal en el que se ingresa por mensajería de Facebook y se puede hacer consultas sobre cualquier tipo de cáncer.

¿Está hecho con Watson?

Exacto, te felicito por conocer Watson, hace dos años yo no lo conocía. Ya lo conozco muchísimo y se usa en medicina desde el año 2019 que lo valida el Congreso Asco, al cual asistí en Chicago. Hoy también tengo un montón de ideas para desarrollar con la Liga Contra el Cáncer y Mauchis. Hace no mucho conocí las sedes de la LCC y los médicos que laboran allí y quiero revolucionar un poco. Han hecho muy bien las cosas, se han posicionado bastante bien, pero se ha quedado en la detección, yo quiero avanzar a tratamiento, porque un paciente pobre ni siquiera va al hospital. Estos pacientes llegan a la Liga y cuando se les detecta cáncer van a los hospitales y para recibir una quimioterapia a veces se demoran meses. Quiero que se de quimioterapia gratuita a través de la Liga, crear una unidad de quimioterapia y trabajar con el SIS. Invité a mi gran amigo Henry Gómez, uno de los mejores oncólogos del país y gran investigador, galardonado con premios internacionales, para que lidere ese proyecto en la Liga. Quiero hacer esa unidad, sé que es insuficiente pero es poner nuestro granito de arena. También quiero unir Mauchis a la Liga, porque actualmente somos 16 mil seguidores y con la Liga llegaríamos a 400 mil personas. Mi meta es que en el futuro no solo haya un Mauchis de cáncer sino de todas las enfermedades, que todos en su celular tengan acceso a una orientación médica validada.

¿Por qué Mauchis?

Tengo dos hijos: Micaela y Mauricio. Cuando mi hijita tenía un año no podía pronunciar Mauricio y le decía a su hermano “Mauchis”. Mauchis, la plataforma, es como mi hijo médico, porque no quiero que mis hijos sean médicos (risas). La vida de médico no es bonita, es gratificante pero no es bonita.

¿Por el tiempo que se le dedica?

Perdí un matrimonio, prácticamente estoy casado con mi profesión, mi hermano también, mi papá no sé cómo hizo para que su matrimonio durase porque pasada todo el día trabajando. Así es la vida de los médicos, la vida que conozco desde que nací. Por eso Mauchis es mi hijo robótico médico, no será de carne y hueso pero representa el legado de mi padre, por eso de lo que estoy seguro es que no cambiará de nombre y tampoco de que sea gratuito.

Entonces, la Liga tendrá un giro y le añadirá tratamiento, además de la detección…

Diagnóstico y quimioterapia. Radioterapia no se puede porque no tenemos máquina que es costosa, ojalá que esto mejore para adquirir una, porque las personas la necesitan, pero eso ya sería el siguiente paso. Fíjate que las personas que tienen cáncer y necesitan radioterapia solo el 60 % logran acceder a una. Ese es mi objetivo, se lo comenté al directorio y les gustó la idea. Yo estoy con las pilas puestas para hacerlo. Los médicos ya no podemos esperar en el consultorio, tenemos que ir a buscar a los pacientes y darle tratamiento. No puede ser que mueran por cáncer de mama y de útero 11 mujeres al día en el Perú, Son 11 vidas diarias que se pueden salvar con prevención y tratamiento oportuno. Sobre todo cuando el cáncer de cuello uterino tiene una vacuna.

¿Tiene otros proyectos personales o sociales que desea cumplir a largo plazo?

Mauchis ha hecho muchas cosas, sobre todo de responsabilidad social. A través de una donación entregamos paltas a 14 pueblos jóvenes de Lima, hace solo tres meses. Otro amigo nos donó una tonelada de cítricos que hemos donado a través de una iglesia en provincia para consumo directo una parte, y la otra para hacer mermelada. También a través de un amigo que hace frazadas a partir de las botellas de plástico, venimos donando 100 frazadas, 100 chullos y más de 100 pares de medias a un pueblo. Con Mauchis también donamos un mamógrafo, una máquina de anestesia y un procesador digital, al Distrito de Quilmaná en la Provincia de Cañete. Mauchis también ha recibido ayuda. Los directivos de IBM, algunos de ellos de los que he sido su médico, nos dieron un año gratuito de la tecnología que usa Mauchis y que tiene un costo de dos mil dólares mensuales. Pero se necesitaba personal en la plataforma digital y gracias al apoyo que hemos tenido hemos podido contar con un abogado, contador, administrador y secretaria para el proyecto. Porque se necesita inversión que hasta entonces salía de nuestro bolsillo y podía cerrar. Un amigo del ciclismo me ayudó a financiar Mauchis, pero también hemos hecho Congreso para solventarnos. Ahora tenemos más apoyo y podemos hacer más cosas con el proyecto. Por ejemplo, estamos trabajando con una empresa de campers para llevar una móvil a los pueblos para hacer consultas médicas. Hago todo esto por cariño, porque me gusta, sin ganar ni un sol.

Con todos esos proyectos encima, ¿cómo usa el tiempo para usted?

Mi día comienza a las siete de la mañana y termina nueve de la noche todos los días, los fines de semana los paso con mis hijos, que los veo poco. Quisiera verlos más, pero no puedo. Antes era esclavo al trabajo ahora estoy de vacaciones, pero aproveché para llevar unos cursos en Europa, ya no soy esclavo al trabajo si no al revés. También quiero vivir, la vida es corta, por eso no quisiera que mis hijos tengan esta vida. Aunque también es gratificante cuando una paciente te dice “doctor rezo por usted”.

Ha comentado que hace ciclismo, ¿Qué otros deportes practica?

Practico tenis, frontón, ciclismo, pero mi hermano que vive en EE.UU. es más deportista, con él hemos hecho varias maratones y ahora estamos haciendo triatlón, que es más difícil porque son tres deportes en uno. El 5 de diciembre voy a competir en Triatlón junto a mi hermano, son 90 kilómetros de bicicleta, 5 kilómetros nadando y 21k corriendo. He estado entrenando mucho, nadar es mi fuerte.

Uno cuando compite deportivamente en triatlón o maratón hace una promesa para cruzar la meta, ¿cuál es su motivo para cruzar la meta?

Eso es cierto. Mi papá es mi motor pero mi hermano es mi ejemplo, desde que ingresó en el primer puesto a la Universidad Cayetano Heredia, estuve fregado (risas). Siempre me dice que estoy obeso, aunque no lo esté. Un día me recomendó ver una película española de la vida real donde al protagonista le diagnostican esclerosis y compitió en un Iroman. Me dije que si él lo puede hacer, yo también. Desde entonces vengo entrenando nadando tres veces por semana, he nadado en la Laguna de Paca en Junín, Tengo mis metas deportivas. Me gusta esa vida saludable. La primera vez competí en el 2006 con un polo que tenía estampado el rostro de mi hija recién nacida, ahora veré con qué polo corro. Soy un hombre de retos y ahora mi reto es la Liga Contra el Cáncer, quiero que también de tratamiento y quiero poner al mejor personal y que Mauchis despegue.

FICHA: DR. MAURICIO LEÓN GUERRA
Estudió medicina humana en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (1990/1997), SERUMS por la Marina de Guerra del Perú (1998) y especialidad de Cirugía General y Oncológica en el año 1999 en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), a través de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Obtuvo el Primer Puesto durante los cuatro años de entrenamiento, lo que le valió para realizar una capacitación especial en el INEN en el año 2004.
Hizo una pasantía en el Servicio de Cirugía Oncológica de Mamas, Melanoma y Sarcomas en el MD Anderson Cancer Center, Texas, USA, y en el Servicio de Cirugía Plástica – Reconstructiva Mamaria y de Imagenología de Mamas de la Universidad de Loyola en Chicago, USA en el año 2005.
Es miembro Académico Asociado de la Academia Peruana de Cirugía y Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Oncología Quirúrgica donde ocupó el cargo de Secretario de Acción Científica de dicha sociedad.
Además es Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Mastología, de la Sociedad Peruana de Cancerología, de la Sociedad Europea de Médicos Oncólogos (ESMO) y de la Sociedad Americana de Oncología (ASCO).
Actualmente es columnista en la Revista Ethica y profesor de Medicina Humana en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).