APRUEBAN EL PRIMER TRATAMIENTO DE LARGA DURACIÓN CONTRA EL VIH

El tratamiento antirretroviral inyectable, basado en la combinación rilpivirina (Kekambys, de Janssen) y cabotegravir (Vocabria, de ViiV Helthcare), puede suponer mantener la supresión de la carga viral para pacientes con VIH, con solamente 6 ó 12 días al año y por lo tanto, una mejora sustancial en la calidad de vida del paciente.

Esta combinación ha sido aprobada por la EMA en Europa y permite por primera vez la administración de un tratamiento de larga duración que elimina la necesidad de tomar diariamente comprimidos orales.

La autorización de comercialización de la UE se basa en los resultados de los estudios pivotales en fase 3 ATLAS (Antiretroviral Therapy as Long-Acting Suppression), FLAIR (First Long-Acting Injectable Regimen) y ATLAS-2M, en los que participaron más de 1.200 pacientes de 16 países.
La administración conjunta de rilpivirina y cabotegravir inyectables está indicada para adultos que están virológicamente suprimidos (ARN del VIH 1 < 50 copias/ml) en tratamiento antirretroviral estable, sin evidencia actual o previa de resistencia vírica, y sin fracaso virológico previo con inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósidos (ITINN) e inhibidores de la integrasa (INI).

“Esta pauta de larga duración podría hacer que las personas infectadas por el VIH ya no necesiten tomar un tratamiento diario, lo que supondría mantener la supresión de la carga viral con inyecciones administradas solamente 6 ó 12 días al año, y así eliminar lo que supone un recordatorio diario de su enfermedad. Mi esperanza es que a medida que los medicamentos sigan mejorando, den lugar a nuevos avances significativos, especialmente para las personas que todavía sufren discriminación a causa de su enfermedad” dice Giovanni Guaraldi, profesor adjunto de Enfermedades infecciosas y director de la Clínica Metabólica del VIH de Módena (Italia).

LES RECORDABA SU ENFERMEDAD

Por otro lado, el estudio Positive Perspectives Wave 2, la mayor investigación mundial de resultados comunicados por pacientes infectados por el VIH hasta la fecha, mostró que cuando se preguntaba a los participantes cuáles eran sus aspiraciones en materia de tratamiento y cuáles eran sus actitudes hacia los medicamentos innovadores, el 55% (n=1.306/2.389) afirmaba que preferiría una pauta de larga duración.


Además, el 58% (n=1394/2389) señaló que tomar diariamente medicamentos contra el VIH constituía un recordatorio constante de su enfermedad, mientras que el 38% (n=906/2389) declaró que sufría de ansiedad porque tomar un tratamiento diario podía aumentar las posibilidades de que los demás se enteraran que eran VIH-positivos.