INFLUENCIA DEL AZÚCAR, LA LECHE Y LA CAFEÍNA EN EL SUEÑO

Una de las mejores fórmulas para dormir es comer algo de dulce o carbohidratos simples. La miel se ha utilizado durante muchos años como somnífero en la medicina popular. De manera que si se tiene problemas para conciliar el sueño o dormir profundamente, ingiera unos 30 gr de algo dulce o de carbohidratos simples antes de irse a la cama.

Para la mayoría de las personas, esta medida es tan eficaz como una pastilla para dormir, pero sin el efecto secundario de somnolencia por la mañana y sin la probabilidad de abusar del medicamento (adicción).

Los alimentos bajos en grasa y con poca proteína, como las hojuelas, palomitas de maíz cubiertas de caramelo, galletas de higo, galletas de kión, panqueques con una cucharada de miel de abejas, etc ejercen efectos sedantes en el cerebro.

¿Qué hay de cierto con el viejo remedio popular del vaso de leche tibia para combatir el insomnio? Muchas personas aseguran que es eficaz. Sin embargo, la ciencia moderna lo ha puesto en tela de juicio, ya que los especialistas insisten en la leche no sirve por que no contiene suficiente triptófano, la sustancia química que produce el sueño al convertirse en serotonina (“sustancia química del sueño”) una vez dentro del cerebro. En efecto, científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets insisten en que la leche ejercería el efecto contrario en la mayoría de los casos.

No obstante, nuevas investigaciones han revelado la presencia en la leche de unos opiáceos naturales, conocidos como casomorfinas, que podrían reivindicar la fama del antiguo remedio popular. En teoría, las casomorfinas deberían provocar somnolencia.

La leche, por alguna razón desconocida, funciona en algunos casos, en particular si es tibia. El efecto podría deberse a las casomorfinas. Ayuda a algunas personas a superar el insomnio, considerando que se ha visto a muchas personas en quienes un vaso de leche por las noches ejerce un efecto sedante. El único consejo, mientras la ciencia resuelve el enigma, es escuchar los mensajes y señales del organismo; si la leche le ayuda, continúe bebiéndola.

Ahora hablaremos de la mayor antagonista del sueño: la cafeína. Como casi todo el mundo lo sabe, la cafeína puede ahuyentar el sueño cuando más se desea dormir, en especial si la persona no está acostumbrada a ella o es de edad avanzada. Un estudio científico demostró que el sueño de las personas que consumieron cafeína media hora antes de dormir se alteró radicalmente. Tardaron más tiempo en conciliar el sueño y no durmieron el mismo número de horas o igualmente bien.

Sin embargo, los menos afectados fueron los grandes consumidores de cafeína, quizá por haber creado algún tipo de tolerancia. Las alteraciones fueron mayores entre quienes no estaban acostumbrados a la cafeína.

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