INMUNO-ONCOLOGÍA E INMUNOTERAPIA: REALIDAD QUE FORTALECE LAS ESPERANZAS DEL TRATAMIENTO PARA EL CÁNCER

El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, es por esto que el avance científico en la búsqueda de nuevos tratamientos no se detiene. Se estima que a nivel mundial se diagnostican aproximadamente 12.7 millones de casos nuevos de cáncer cada año, sin que se produzca una mejora sustancial en su mejora. Se prevé que para el año 2030 esta cifra anual se elevará a 21.3 millones de casos nuevos.[1]

En el 2015 ingresó a nuestro país un nuevo esquema de tratamiento denominado Inmunoterapia, el cual potencia el sistema inmunológico del paciente para que él mismo sea capaz de identificar y destruir las células cancerígenas.

Hasta hace poco, este tratamiento que mejora la supervivencia y calidad de vida del paciente, estaba aprobado para ciertos tipos de cáncer: melanoma maligno, cáncer de pulmón y cáncer de riñón. “Actualmente, este tratamiento también es utilizado para otros tipos de cáncer que afectan a la vejiga, a la cabeza y el cuello o algunos tumores de células sanguíneas como el Linfoma de Hodgkin. Tan pronto como se presenten los resultados de nuevas investigaciones médicas, se darán aprobaciones para otros tipos de cánceres”, señala el Dr. Luis Mas, médico oncólogo de Oncosalud.

Actualmente la Inmuno-Oncología está siendo aplicada a pacientes con melanoma maligno, cáncer pulmonar, cáncer de riñón, cáncer de cabeza y cuello, Linfoma de Hodgkin y cáncer de vejiga. Sin embargo, se esperan nuevas aprobaciones para otros tipos de neoplasias en el corto plazo.

La Inmuno-Oncología, especialidad de la Oncología que estudia la Inmunoterapia, ha definido que ésta  presenta una ventaja principal, y es que es una terapia con potencialidad de cura. Por ello, esta nueva modalidad de tratamiento se está implementando progresivamente –logrando exitosas recuperaciones- en enfermedades que se consideraban terminales. Entre un 20-25% de las personas que reciben este tratamiento logran tener supervivencias prolongadas, y se están realizando investigaciones para potenciar su eficacia al asociarla a otras opciones de tratamiento como la quimioterapia, radioterapia o combinaciones de inmunoterapia.

Según el Dr. Mas uno de los retos es “identificar un biomarcador o un grupo de biomarcadores, que nos puedan ayudar a predecir el beneficio del tratamiento y así identificar una subpoblación de pacientes que deban recibir el tratamiento prioritariamente.”

En la actualidad, las terapias más conocidas para el tratar el cáncer son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, sin embargo cuentan con una tasa de sobrevida baja en casos avanzados. Con los nuevos resultados de la Inmuno-Oncología para otros tipos de cáncer, se espera que cambie esta situación.

[1] The Lancet Oncology Comisión. La planificación del control del cáncer en América Latina y el Caribe. Lancet Oncol 2013;14:1-52