2 DE CADA 20 NIÑOS SUFREN DE DERMATITIS ATÓPICA

Los ataques de picazón, los brotes de eczema, son algunos de los sintomas de la dermatitis atópica.

La dermatitis atópica no es una alergia

La atopia es una predisposición genética a las alergias, conocida como la historia familiar atópica. Casi el 80% de los niños con eczema tienen antecedentes familiares. La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea crónica inflamatoria. Los pacientes atópicos (50 millones de personas afectadas en Europa y 20 % de los niños en todo el mundo) tienen permeabilidad cutánea defectuosa y un sistema inmune hiperreactivo y desequilibrado*. La piel es seca, sensible e hiperreactiva. Además, la piel carece de los lípidos que se encuentran naturalmente en su superficie y que la protegen de los alérgenos potenciales. Bajo estas circunstancias, los irritantes que se encuentran en el medio ambiente y que son generalmente bien tolerados, como el polen, el polvo y algunos productos de higiene, puede penetrar la piel y causar un brote de eczema. La enfermedad por lo general se produce después (y a veces antes) de los tres meses de edad y puede durar entre unos pocos meses y varios años, dependiendo del niño.

Sin el tratamiento adecuado, el círculo vicioso de picor se instala en la barrera de la piel que se deteriora aún más, permitiendo que más alérgenos e irritantes penetren la piel y causen más picazón. Sin embargo, son pocos los casos que persisten en la edad adulta: la mitad de los niños con eczema atópico menores al año de edad se curan antes de cumplir los cinco años, aunque la piel sigue siendo muy seca en los años siguientes.

Los brotes suelen comenzar con parches de color rojo y con comezón

La piel seca, tiende a engrosarse y se vuelve áspera. Con el tiempo aparecen las costras. Rascarse empeora la enfermedad, a veces incluso dando lugar a infecciones. Una vez que el diagnóstico se ha establecido, las lesiones deben ser tratadas y la condición de la piel rápidamente normalizada sin sobreproteger al paciente. La principal prioridad en el tratamiento de la enfermedad es restaurar la función protectora de la piel, que es una barrera natural impidiendo la penetración de agentes externos, en lugar de perseguir los ácaros, el polvo y el polen – una tarea casi imposible y tediosa para los padres. Estudios recientes muestran que eliminar todos los

factores agravantes puede en realidad aumentar el riesgo de que los niños desarrollen eczema. Por lo tanto, la mejor reacción es centrarse en el tratamiento de la enfermedad mediante el uso de artículos de limpieza suaves, emolientes y corticoides tópicos.