Frente al malestar entre los inversores acerca del paquete salarial que ordenó Pascal Soriot, CEO de AstraZeneca, el comité del consejo de administración del laboratorio inglés está estudiando mecanismos para vincular con una mayor claridad la remuneración de sus directivos al cumplimiento de un objetivo de facturación, que en este caso sería de US$45.000 millones al 2023.
Pues como se sabe, AstraZeneca rechazó una oferta de compra de Pfizer Inc. en el 2014, cuando Soriot prometió que la empresa podría alcanzar una facturación de US$45.000 millones para 2023.
Los resultados conseguidos por Soriot y su equipo están siendo evaluados conforme a dos criterios: que el dividendo se mantenga a US$2,80 como mínimo, y que los beneficios por la actividad principal no queden por debajo de 1,5 veces el dividendo, es decir, US$4,20 por acción.
El comité de remuneraciones seguirá manteniendo contactos con los principales accionistas con objeto de estudiar las propuestas que permitan «simplificar aún más nuestros planes de incentivos a largo plazo de cara al futuro, siempre que sea posible «, ha declarado la compañía.